La pobre luna de miel de Enrique Peña Nieto

Un año ha pasado desde que el PRI regresó a Los Pinos. Como la resurrección de un muerto, el partido “tricolor” rehízo su estructura  política, regresó a sus principios de obediencia absoluta y aprovechándose de una gran decepción panista y de la mano de Enrique Peña Nieto, el sueño del mítico grupo Atlacomulco se cumplió.

Doce meses en el poder y el sabor de boca general es de resignación. Ya no hay grande esperanzas de un cambio real en la vida del país, la clase política sigue exhibiendo sus corruptelas y sus actos vandálicos para hacerse de poder y la sociedad está inmersa en el miedo, la angustia y la pobreza.

17 mil muertos en un año. Es el saldo oficial que publica el Secretariado Ejecutivo Nacional del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP) de lo que ha dejado la violencia en el año del regreso priísta al poder.

La seguridad pública sigue empobrecida. 1550 Secuestros, más de 7 mil extorsiones, más de 500 mil robos y 50 mil 345 fraudes son algunas cifras que ponen en evidencia la tendencia al alza de algunos delitos de alto impacto que hemos estado viviendo desde –al menos- el sexenio pasado.

Con estados al límite de una guerra civil, como es el caso de Michoacán, este primer año del nuevo gobierno federal ha evidencia las carencias, limitantes y vacios que existen en los poderes locales, espacios que ha ocupado el crimen organizado con amenazas o “cañonazos” millonarios para corromper todas las estructuras de gobierno.

En materia económica, la cosa está desalentadora. Con un crecimiento de 1.1% México está catalogado como un país en recesión. Comparado con otras economías mundiales, el PIB mexicano está entre los peores del mundo, muy por debajo del promedio mundial que marcó el FMI de 2.9% y  solo comparable con algunos países del Caribe.

A nivel político, Peña Nieto ha resultado ser un personaje que se deslinda de las grandes discusiones al delegar en sus secretarios de estado la responsabilidad de responder ante las exigencias públicas.

Se ha mantenido en un papel conciliador con las otras fuerzas políticas y gracias al Pacto por México, ha logrado que los tres partidos más importantes defiendan este pacto a costa -y a pesar -de ir en contra de sus propios agremiados.   Una fórmula peligrosa para las tribus del PAN y del PRD, que ven como sus líderes se alejan de las bases, pero sobre todo, hipotecan su futuro en acuerdos poco claros.

Presentaron las reformas a las Telecomunicaciones, la Educativa, la Fiscal y la Energética. Salvo la de telecomunicaciones, todas las demás han levantado el ánimo entre varios sectores de la sociedad que están en contra de estas leyes.

La CNTE, AMLO y su MORENA, los panistas clase medieros, los perredistas “de izquierda”, organizaciones sociales, estudiantes e incluso el grueso de la sociedad que antes veía como de muy mala calaña protestar, están en pie de lucha ante las nuevas leyes que afectan desde los derechos laborales y sindicales, pasando por el famosísimo tema de la privatización del petróleo, hasta las colegiaturas y alimentos para mascotas.

Pero el Pacto por México sigue intacto. Algunos medios extranjeros ven a Peña Nieto como un “reformista” y la revista Times lo tiene en la lista de los hombres más “influyentes del planeta”.

Este primer año ha sido una luna de miel amarga para la administración de Peña Nieto. No impacta su presencia entre las multitudes, su “guapura” dejó de ser pretexto para alabarlo y sus equivocaciones públicas ya dejaron de ser un buen chiste.

México pasó del éxtasis de las elecciones para darse cuenta que con el PRI en el poder, la gente sigue igual de desorientada ante la creciente –sí, sigue creciendo- violencia e inseguridad;  por la soberbia de los políticos y los gobernantes ante las desgracias sociales; por la falta de empleo y el encarecimiento de la vida cotidiana. El panorama es gris, muy gris y con pronósticos de tormentas sociales en algunas regiones del país.

Y ya ni que decir de los derechos humanos. Un año “perdido” en la materia, dijo Amnistía Internacional al evaluar estos primeros meses de gobierno de EPN. Siguen los abusos de autoridad, los maltratos, las desapariciones forzadas por parte de elementos de las fuerzas públicas; en fin, que en esta materia estamos desprotegidos como sociedad.

Mala la economía, mala la seguridad, mala la justicia, mala educación, malo el escenario de los derechos humanos e individuales, malos los políticos; es decir, la sociedad está enferma y México está dañado en muchas de sus partes fundamentales.

Ni con todas las reformas vamos a solventar estos fracasos. México necesita un cambio y una reforma social y política de fondo. El sistema está corrompido y aislado. Dirán que en un año de gobierno las cosas no pueden cambiar y es cierto, pero al menos estos doce meses han sido una continuación del desastre panista anterior… ¡Que Dios nos agarre confesados!

 http://daniel-higa-alquicira.suite101.net/

twitter@danielhiga_al