- ¿Covid-19 ataca igual a todos? Un estudio revela todo lo contrario

La pandemia en México ha tenido un impacto trascendental en la vida de millones de personas. Las condiciones socioeconómicas, culturales y demográficas, hacen que sea muy complicado sincronizar las acciones y las necesidades de las personas con las medidas sanitarias, por lo que orientarlas hacia la prevención de la covid-19 y evitar su rápida propagación en ciertos sectores específicos, es casi imposible.

Si bien esta enfermedad puede atacar a cualquiera y además provoca daños terribles en los organismos que la sufren -sobre todo cuando es su forma más grave-, el hecho es que con el avance de la pandemia comienza a ser visible un patrón en el caso de la defunciones, donde han descubierto elementos puntuales que pueden ser un faro para entender quiénes son los más vulnerables.

El estudio denominado "Mortalidad por Covid-19 en México. Notas preliminares para un perfil sociodemográfico" (17 de junio de 2020), elaborado por Héctor Hernández, especialista del Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), aporta datos que abren una ventana muy interesante para entender mejor el impacto del coronavirus en entornos muy específicos.

Los más vulnerables

Si bien este análisis contiene datos que abarcan solo hasta el al 27 de mayo de 2020 y se basan en las estadísticas de mortalidad del Subsistema Epidemiológico y Estadístico de Defunciones (SEED) de la Secretaría de Salud Federal, “los resultados presentados apuntan ya una tendencia, en términos del perfil demográfico y social de los mexicanos que sufren y habrán de sufrir la consecuencia extrema de este padecimiento”, como explica el autor.

En ese sentido, es fácil suponer que los más pobres son los más afectados y es cierto, pero aún entre ellos algunos son más afectados. “Casi el 84 por ciento de los muertos por covid-19, se concentran en ocho categorías de empleo. Destacan los no remunerados: amas de casa, jubilados y pensionados, empleados de sector público, conductores de vehículos, profesionales –no ocupados–“, dice el estudio.

También están los “choferes, ayudantes, peones y similares, vendedores ambulantes, artesanos, trabajadores de fábrica; técnicos de reparación y mantenimiento; servicios de protección y vigilancia”.

Nivel de escolaridad

Pero el dato más relevante es este: “El 71 por ciento de los muertos por covid-19, tienen una escolaridad de primaria o inferior (primaria incompleta, preescolar o sin escolaridad)”.

Este porcentaje es demasiado alto, lo que implica que el nivel académico relacionado con el escaso capital cultural que pueden poseer estas personas, los hagan mucho más vulnerables a suponer que no existe la enfermedad, desobedecer las medidas sanitarias y en mayor medida, creer en teorías conspiracioncitas o en noticias falsas.

“Es por ello que puede asumirse una selectividad del padecimiento por nivel de escolaridad”, afirma el especialista en su estudio. Por lo tanto, “ la nueva cepa del coronavirus afecta más a la población vulnerable, de escasos recursos y con menos oportunidades de salir adelante".

Falta de servicios de salud

Esto se liga con la falta de seguridad social que tienen estas personas, que basan su economía en trabajos informales o temporales, que tienen que salir de sus casas para realizarlos o incluso para buscar empleos; pero además evitan acudir a los servicios médicos debido a los escases recursos para poder pagar la atención o los medicamentos.

Así, más de la mitad de las defunciones se ha dado en los hospitales pertenecientes a la Secretaría de Salud. “La población que acude a estos establecimientos, es la que no tiene cobertura médica ligada a un empleo formal. Evidentemente, se trata de población con grandes carencias”, dice Héctor Hernández.

Contrario a esto, “en el IMSS, que da cobertura de salud a más de la mitad de la población nacional, solo ha cubierto el 30 por ciento de las defunciones registradas”. En cambio, “en las unidades privadas, no han ocurrido ni el tres por ciento de las muertes por covid-19”.

Hombres en edad productiva

Pero eso no es todo, ya que además hay una diferenciación importante con respecto al sexo y la edad. Del total de defunciones, “el 70 por ciento de los muertos por covid-19 son hombres. Por este padecimiento murieron 2.1 hombres por cada mujer que falleció”, dice el estudio.

Y agrega: “el 71 por ciento de los hombres fallecidos tenía entre 40 y 69 años de edad” y en el caso de las mujeres, “el 65 por ciento de los decesos se produce entre los 40 y 69 años”. Es decir, todos en edad productiva y como ya lo vimos, en condiciones materiales y de educación precarias.

La pandemia no ha terminado y no hay posibilidades de que se erradique en un futuro próximo, por lo que los enfermos y las muertes continuarán –esperemos que a un ritmo mucho menor- y en ese sentido, entender estas variables socioeconómicas y culturales pueden ser claves para evitar que estos grupos sigan siendo los más afectados por la covid-19.